martes, 23 de abril de 2013

El venenoso perfume del papel



El 23 de abril de 1616 morían en circunstancias y ciudades diferentes los escritores Miguel de Cervantes, William Shakespeare y Garcilaso de la Vega, El Inca. La simbología de las muertes de estos ilustres personajes sirvió a la UNESCO para declarar esta fecha como el Día Mundial del libro y la lectura.  

Es el día de San Jorge, patrón de Cataluña y Aragón, de otras ciudades y países del mundo, de ahí que en este día se ha hecho tradición entre amigos, enamorados, conocidos y amantes del libro y la lectura, regalarse un libro y una rosa, flor asociada al santo.

En muchos de los países de la hispanidad se celebran durante todo el día lecturas de El Quijote o de libros unidos al desarrollo de las respectivas literaturas nacionales y, las librerías acogen a escritores y lectores para organizar presentaciones, conversatorios y ventas de libros. Una fiesta del idioma, del libro y la lectura. Una invitación a detenernos un instante en la magia de la letra impresa, en el perfume venenoso del papel, ese que es capaz de insuflarnos un amor inexplicable por las historias que encierran los libros.

Hermosa tradición, una puerta hacia la intimidad que genera la lectura en una sociedad cada vez más marcada por la prisa y el consumo, aliados de una idiotización que amenaza con dejar inservibles muchas de las virtudes del género humano.

Un libro, una rosa, un beso que nos devuelvan la textura del papel y de una mano cálida y anhelante en los tiempos del vidrio, los tiempos del silencio.