viernes, 31 de enero de 2014

El espíritu de Tula en la mayor fiesta de la literatura cubana



 Multimedia sobre la poetisa Gertrudis Gómez de Avellaneda, que se presentará en la XXIII Feria Internacional del Libro, Habana, 2014.


Feria Internacional del Libro; XXIII, Cuba 2014

El espíritu de Tula en la mayor fiesta de la literatura cubana

Polémica, avanzada para su tiempo, pasional, liberada, sensible y atrevida, son sólo algunos de los calificativos que Gertrudis Gómez de Avellaneda se ha ganado a través del tiempo...
Yeneily García García Yeneily García García
30/01/2014

Sobre el autor

Yeneily García García
Lectora voraz y artista frustrada, enamorada desde siempre del periodismo de Agencia y ejerciéndolo con plenas facultades desde 2008.
Polémica, avanzada para su tiempo, pasional, liberada, sensible y atrevida, son sólo algunos de los calificativos que Gertrudis Gómez de Avellaneda, la Tula camagüeyana, se ha ganado a través del tiempo.

Considerada una de las mejores escritoras y dramaturgas del idioma de Cervantes, fue disputada por España, nación que la acogió cuando decidió dejar la Isla en busca de otros horizontes y en la que desarrolló gran parte de su trabajo literario; y por Cuba, la patria que la vio nacer e indudablemente presente en el universo de su obra.

A sus 200 años, —por cumplirse el próximo 23 de marzo— la autora de Sab será recordada en toda la Isla, especialmente en la XXIII Feria Internacional del Libro; Cuba 2014, que sucederá a los homenajes en su natal Puerto Príncipe, que cumplirá este 2 febrero medio siglo de fundada.

Presentaciones de libros sobre su quehacer literario y su vida, tan tormentosa como sus creaciones; un coloquio sobre su legado, la reimpresión de sus textos y el lanzamiento de una multimedia, serán algunas de las propuestas que para esta fiesta mayor de las letras, preparan las editoriales e instituciones cubanas.

Jesús David Curbelo, director del Centro Cultural Dulce María Loynaz y al frente de la programación de este suceso cultural —el más importante de su tipo en el territorio nacional— adelantó sobre los diferentes momentos del homenaje y comentó sobre los libros a los que el público tendrá acceso.

La Universidad de La Habana, en su debut como subsede del evento, acogerá un coloquio sobre la Avellaneda, que va a estar centrado en diversas lecturas de Sab, una novela emblemática, y de sus obras más reconocidas.

Esta fue una novela revolucionaria —apuntó Curbelo— sobre todo cuando la vemos bajo otra luz. Arroja una posibilidad amplísima de lecturas sociológicas, de género, de abordaje de cuestiones de diferencias raciales y ha sido una pieza que ha estado muy presente en los estudios que sobre la Avellaneda se han venido comentando.

Confirmó que los coordinadores son especialistas de la Facultad de Letras de la UH, quienes han confirmado investigadores españoles, norteamericanos, franceses e importantes figuras de la cultura cubana contemporánea que han hecho estudios serios sobre esta autora, entre ellos Antón Arrufat, Roberto Méndez, Cira Romero, Zaida Capote y Enrique Saínz.

Además, se sumará a este tributo por su bicentenario la publicación de una serie de volúmenes de distintas editoriales que han salido a la luz de y sobre la Avellaneda.

“Letras Cubanas va a publicar un conjunto de tres novelas. Ediciones Ácana de Camagüey, va editar su diario de amor, tomando como base el que se publicó en su centenario, que fue luego cortado, así que después de 100 años se va a publicar íntegramente.

"La Editorial Bologna, de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, va a publicar el devocionario íntimo de la Avellaneda, una verdadera novedad. La Editorial Oriente va a publicar un libro con sus crónicas de viaje. Matanzas va a publicar un conjunto con sus acercamientos ensayísticos y críticos a la literatura y van a aparecer otros libros: uno en Camagüey con estudios sobre la autora y otro que publica Ediciones Unión, compilado por Cira Romero, que contiene una importante serie de aproximaciones críticas, una especie de valoración múltiple, donde están los principales estudiosos de la Avellaneda”.

Para completar este tributo a Tula, Ediciones Cubarte, del Centro de Informática en la Cultura, prevé presentar una multimedia que, según adelantó a Cubahora el director del sello, Ernesto Sierra; contendrá una visión abarcadora de su universo literario y su vida, que incluirá documentos e imágenes para facilitar el conocimiento sobre esta mujer que fue protagonista cuando se suponía que debía ser espectadora, desafió a la sociedad cuando sólo tenía que acatar sus leyes tácitas y legó a la historia una obra que a 200 años de su nacimiento, sigue atrayendo admiradores.


miércoles, 15 de enero de 2014

Adiós a Juan Gelman



Ha muerto Juan Gelman y se va uno de las grandes voces poéticas del continente. En 2007, cuando recibió el Premio Cervantes de Literatura, escribí estas palabras que comparto ahora con ustedes.



GELMAN, EL CERVANTES Y UN CONO DE LUZ


Cuando a finales de la semana pasada los cables periodísticos anunciaban la inminente entrega del Premio Cervantes 2007, la mayoría, respondiendo a la lógica de entregarlo cada año a un lado indistinto del Atlántico hispanohablante, posaban los ojos sobre el uruguayo Mario Benedetti, el chileno Nicanor Parra y el argentino Juan Gelman.

Desde que en 1979 se otorgara “ex aequo” a Gerardo Diego y Jorge Luis Borges, el premio se declaró indivisible. Gelman se ha alzado con el Cervantes 2007 y en medio de la emoción ha dicho con justeza: “los cinco o seis candidatos que mencionaron los periódicos son escritores, no sólo amigos míos, sino poetas de primera fila, como Nicanor Parra, (Mario) Benedetti; también (José Emilio) Pacheco (…) Realmente cuando vi a Juan Marsé y Juan Goytisolo entre los aspirantes, y a los que mencioné, como Blanca Varela, pensé: no, Juan, a vos no, pero resultó que sí”. 

Luego hemos sabido que también estaban nominados Alfredo Bryce Echenique (Perú), Ricardo Piglia (Argentina), Sergio Ramírez (Nicaragua), Fina García Marruz (Cuba), Margo Glanz (México), Elena Poniatowska (México), o los españoles Enrique Vila-Matas y Ana María Matute. 

Esta nómina engrandece el Premio concedido a Gelman, como al Cervantes todo, considerado el Nóbel de las letras en lengua española.
Gelman señaló que el galardón, más allá de la circunstancia personal, “es como un reconocimiento a la poesía misma que no tienen las grandes editoriales, porque no es vendible, y también es un desconocimiento del valor de la poesía. Eso a mí me conmueve mucho”.

Saramago ha dicho que Juan Gelman estaba un poco olvidado hasta que recibió el Premio Reina Sofía. Es cierto. Pero pienso en Gelman, en su vida, en la obra, y su poesía ha sido escrita en gran parte desde ese cono de sombra a donde lo arrojó la historia de su país, nada ajena a la de la América, recrudecida en un período que quisiéramos olvidar. La entrega de un premio nunca debería ser motivo para hablar de cosas tristes pero tratándose de Gelman no pueden separarse la obra de las motivaciones más profundas que impulsaron a escribirla y el dolor, el ansia de justicia, los más de treinta años de exilio, los horrores de la dictadura, la fractura insalvable de la familia no pueden separarse. Tampoco la brevedad de las noticias de salutación de estos días permite ahondar en la calidad de la extensa obra que se premia. De cualquier manera, Gelman es poeta de nacimiento y todos concuerdan en lo justo del galardón.

En Cuba, más que un amigo es un viejo y querido hermano. Pienso en la temprana relación con la Isla y su causa, en las múltiples ediciones que le ha dedicado la Casa de las Américas, desde la más reciente antología, Pesar todo,  ganadora del Premio de poesía José Lezama Lima 2003, hasta la Poesía, escogida y prologada para la Colección Literatura Latinoamericana por Víctor Casaus en los años ochenta, donde resuenan todavía con aires de hoy estas palabras: Y aquí comprobamos que es cierto. De una manera u otra, conjugándose, armando a la ternura, rabiando, contando los días que faltan para la Revolución, recordando a sus hermanos –“hijos de la memoria”-, Juan Gelman está en los poemas que se reúnen en este libro. Y desde aquí, por todo ello, se le saluda y se le quiere, como el hermano que es. Como el hombre que es y ha sufrido.

Recuerdo que, gracias a esa antología comenzó a circular el nombre de Juan Gelman entre los jóvenes de aquellos años y se hicieron populares, necesarios sus versos como estos que vienen a la memoria: 

Yo no sabía que
no tenerte podía ser dulce como
nombrarte para que vengas aunque
no vengas y no haya sino
tu ausencia tan
dura como el golpe que
me di en la cara pensando en vos

Y así ha ido transitando su poesía por todos los espectros de un inmenso arcoiris espiritual, desde los tintes de la cólera hasta los de la ternura, para darnos este ejemplo de hombre entero, de una sola pieza, para regalarnos algo que supo captar con su peculiar humanidad visionaria otro grande de la Argentina, de la América toda, que celebra también este premio, Julio el Cronopio Cortázar cuando dijo refiriéndose a que el mayor legado de la poesía de Gelman era su “actitud”:

Esta actitud no necesita de gritos, de proclamas ni de denuestos; la fuerza más extrema de la palabra de Juan nace de haber dejado atrás la superficie del dolor y de la cólera para ahondar en sus raíces, en esa zona vital y mental desde donde la reflexión y la acción pueden recomenzar con una eficacia que tantas veces les faltó en medio del ruido y el furor. Volver positividad la  abominable suma de oprobio y la desgracia: sí, todavía hay alquimias posibles cuando se posee «el lugar y la fúrmula» como lo poseen hoy los poemas de Juan.