domingo, 3 de abril de 2016

Entre dos Papas y dos Reyes.

Hace un mes que respiro los aires de España. Levante, poniente, cierzo, moncayo, galerna, matacabras...aire, vientos cálidos o helados, húmedos y secos, da igual. Mis preferidos son los que mueven los molinos de Castilla-La Mancha porque, aunque necesito el oxígeno para vivir, respiro literatura. Me seduce el olor a libro antiguo, el olor a papel y tinta de la imprentas, el olor a periódico salido de las rotativas en la madrugada, como el del pan que se hornea a esas horas. A Castilla-La Mancha, precisamente, he venido a estudiar, a llenar mis pulmones y cerebro del aire que respiraron Cervantes, El Quijote y Sancho, Balbuena y El Greco. Al territorio Mancha he venido -como le gustaba a Borges-  a fatigar estantes y anaqueles, a respirar el aire sagrado y culto de sus bibliotecas.

Por aire vine dejando atrás, de momento, Cuba no sin antes ver el abrazo entre el Papa Francisco y el Patriarca Kiril, en la terminal aérea internacional, "José Martí". Cuba, la Isla refrescada por los vientos alisios que soplaron demasiado fuertes por la cola del Airbus.330 para impedirme presenciar la visita de Barak Hussein Obama II, -el primer presidente norteamericano en visitar mi país después de 1959; el segundo en hacerlo en toda nuestra historia-; el concierto de los Rollings Stones en la Ciudad Deportiva; la llegada de visitantes ilustres, de famosos y miles de turistas que arribaron y continúan llegando atraídos por estos acontecimientos, por los nuevos aires de la Isla, aires de cambio, de esperanza, de tanteo, de reflexión, aires polémicos ahora que un periodista cubano negro, ha llamado "negro" al primer presidente negro de los Estados Unidos. Algunos, con razón, han puesto el grito en el cielo, es decir en el aire, cuando hace mucho que aquí -o allí-en la tierra, se respiran fuertes vientos de incultura. Allí donde falló la cultura falló nuestra proverbial hospitalidad; fallaron el respeto, el ingenio, las buenas ideas, la buena escritura. La cultura y la educación volaron por los aires. 

imagen: Pablo Tarrero. Todos los derechos reservados.
En este punto tomo aire y caigo en cuenta que cuando aún no he terminado de procesar la buena nueva de vivir en un mundo de dos Papas o dos Patriarcas, convivo en un país de dos reinados, uno de facto, otro, ad honorem. Así en la tierra como en el cieloUn país en el que el presidente en funciones pero no electo, ha llamado en su cuenta de tuiter a Mario Vargas Llosa, a propósito de su ochenta cumpleaños, "Nuestro único premio nobel vivo" a lo que este contratuiteó: "Gracias. Pero deseo afirmar que soy ante todo un peruano. Y un escritor peruano". Y caigo en cuenta, también, de la etérea condición de un gobierno que lleva más de cien días sin presidente, aquí, en las puertas de Europa, en la antesala de la cuna de la civilización, que se mece, se mece, a la búsqueda de ideas frescas, mientras suenan atronadores los explosivos en Bruselas, como sonaron antes en París. Y mientras se suman días al desgobierno, se restan para la llegada del 23 de abril -Día internacional del libro- que se condimenta esta vez con el aniversario cerrado de los 400 años de la muerte de Cervantes, Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega. 

Así, mientras vuelo entre dos Papas y dos Reyes, Mick Jagguer sacude el esqueleto en la Ciudad Deportiva de la Habana ante medio millón de espectadores que corean: "i can't get no satisfaction. / cause i try and i try and i try and i try", con toda la fuerza de la libertad y sin el velado encanto de la censura. Mientras el estruendo mediático silba sobre nuestras cabezas, intento buscar el aroma de las encinas y los robles apelmazados en los viejos y nuevos folios que llenan las estanterías, pero no logro encontar el sosiego de siempre. Cuando el aire se enrarece, hay que abrir las ventanas.

  


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